Como ya hemos explicado en otras ocasiones, el ronquido se produce cuando la musculatura de la garganta se relaja, provocando la depresión de la lengua hacia las vías aéreas y reduciendo el espacio de obertura de éstas. Esto produce una vibración en el conducto que transporta el aire que se transforma en ronquido.
La obesidad o el exceso de peso no tienen porque ser la única causa del ronquido, pero contribuyen a que se ronque más, debido a la grasa acumulada en la zona del cuello. Por ello, llevar un estilo de vida saludable, una dieta sana y ejercicio, nos ayudará a mitigar el problema.
Además de posibles problemas de sobrepeso, los alimentos que ingerimos antes de ir a dormir influyen en la calidad del sueño. Por ejemplo, una cena copiosa dificulta la digestión y, por tanto, la capacidad de conciliar el sueño y el descanso. Así, es recomendable ingerir alimentos ligeros, cocinar con poca grasa y evitar frituras, condimentos fuertes y la cafeína.
Asimismo, está demostrado que la ingesta de alcohol empeora los problemas respiratorios, aumentando la incidencia y la duración de las apneas del sueño e, incluso, las empeorándolas. Los estudios revelan que el alcohol provoca que los tejidos del paladar y la parte alta de la faringe estén más blandos y sueltos, vibrando al respirar.
Una alimentación saludable nos ahorrará muchos problemas de salud, por tanto, además de controlar el peso, los siguientes consejos contribuyen a un mejor descanso.
- Cenar alimentos ligeros, en poca cantidad y que no dificulten la digestión.
- Cocinar con poca grasa, por ejemplo, al vapor, al horno, hervido o a la plancha.
- Evitar el alcohol y la cafeína a partir de cierta hora de la tarde.
- Evitar condimentos fuertes o picantes.
- Hacer ejercicio diario.
- Evitar las frituras o platos con salsas.